El verano es la estación del catering al aire libre por excelencia. El buen tiempo y las escasas posibilidades de que llueva multiplican los eventos al aire libre de organizaciones, empresas y particulares. ¿Y qué mejor que recibir a nuestros invitados con un picoteo informal que les permita interactuar entre ellos en un ambiente más informal y cordial?
Con los ingredientes adecuados el catering puede convertirse en un éxito. Nuestro primer consejo para ello es buscar a una empresa especializada que tenga una amplia experiencia y de la que tengamos buenas referencias. Desde Dual Link recomendamos dos de nuestras empresas de catering favoritas: Grupo Juan XXIII y Q-Linaria Cátering.
La profesionalidad de los organizadores es fundamental en un evento tan visible en el que nos podemos estar jugando nuestro prestigio. Todo irá sobre ruedas con camareros bien uniformados que sepan cómo atender un público numeroso con simpatía y rapidez, con personal de organización que afronte cualquier incidente o imprevisto con agilidad y, por supuesto, con una propuesta gastronómica que no pase desapercibida: abundante, deliciosa y con una presentación muy visual e impecable. Todo debe entrar por los ojos.
La elección del menú del catering debe ser una decisión meditada en función de muchos factores como dónde van a servirse los aperitivos o quién es nuestro público. No es lo mismo un evento empresarial o institucional que una fiesta familiar. El nivel de exigencia del comensal es muy alto en ambos casos, pero en familia es más fácil conocer las preferencias y permitirnos alguna licencia. En actos profesionales hay que escoger propuestas poco arriesgadas con platos mayoritariamente aceptados y fáciles de comer. Lo que menos queremos es complicar a nuestros invitados la operación de picotear de pie al mismo tiempo que establecen una conversación y mantienen una copa en la otra mano.
En función de qué celebremos también se puede elegir un menú u otro. Hay platos creados expresamente para una ocasión especial incluso con nombres conmemorativos de ese momento. Hay eventos donde se puede elegir una propuesta creativa y otros en los que mejor ir a las opciones más clásicas. Tampoco nos podemos permitir fallar con la bebida. Nuestra elección culinaria marcará cuáles son los caldos más acordes. No debe faltar la reina de la noche: la cerveza de barril.
El precio es importante, pero también que nuestra inversión nos permita quedar bien y dar una imagen positiva. Una cena que esté a la altura y en la que nadie se vaya con hambre a casa son factores fundamentales para garantizar el éxito de una fiesta.